Video de la agresión con Pastelazo en la declaración del empresario australiano Rupert Murdoch

Su mujer interceptó a un activista que le aplicó un plato lleno de espuma de afeitar en su cabeza. El magnate terminó de declarar por el escándalo de las escuchas telefónicas en News of the World. Vea el video...



La declaración del empresario australiano Rupert Murdoch se vio repentinamente interrumpida por un hombre, llamado supuestamente Jonnie Marbles, que intentó agredirlo con un plato en el que, a modo de pastel, había puesto espuma de afeitar. La mujer de Murdoch, Wendi Deng, se levantó de su asiento y de un tortazo lo tiró al suelo. En ese momento Marbles fue detenido por la policía y la sesión pasó a un receso de 15 minutos.

Marbles se presenta como un activista y comediante. En uno de sus tweet compara a Murdoch con Mr. Burns, el poderoso empresario de la serie norteamericana Los Simpsons. Su último mensaje en la red social data de 10 minutos antes de la agresión al australiano, y es revelador. "Lo que voy a hacer ahora es mejor que cualquier otra cosa que haya hecho hasta esto", escribió.

Éste ha sido el único incidente de la comparecencia de Rupert Murdoch y su hijo James, que se prolongó por más de dos horas aunque sólo estaba previsto que durara una.

Durante el interrogatorio, el empresario australiano no tardó en emitir la que ha sido y será la frase del día. Posó una mano sobre el hombro de su hijo James Murdoch, que declaraba a su lado, lo interrumpió y dijo: "Me gustaría decir sólo una frase. Éste es el día más humillante de mi vida".

Escucha las preguntas, piensa y responde. Rupert Murdoch contesta a veces con monosílabos, y en otras se encoge de hombros. Los "no" son contundentes, mientras que en el resto de sus respuestas es más suave. Busca incluso la mirada de su hijo, que está sentado a su lado, para responder.

Alguna vez ha guardado silencio durante varios segundos, sin moverse. Mira hacia abajo, con sus dos manos apoyadas en la mesa donde él y su hijo están sentados.

Son las declaraciones más importantes de su vida, y no son un asunto agradable. El magnate australiano responde sobre el escándalo de las escuchas ilegales que ha provocado ya la renuncia de dos de sus más estrechos colaboradores y el cierre de un periódico, News of the World, que había cumplido los 168 años.

A su lado trata de ayudarle su hijo James Murdoch, de 38 años, que ha sido considerado desde hace muchos años como el posible heredero del imperio de medios de comunicación de su padre. Ambos se enfrentan en la Cámara de Los Comunes a una docena de parlamentarios, que son los que preguntan a los Murdoch en una sala minúscula donde además escuchan unas 40 personas.

Rupert Murdoch ha reconocido que seguramente alguien le ha tenido que mentir, porque él no estaba al corriente de las escuchas ilegales. Ha señalado que el semanario News of the World representa menos del 1% de su emporio mediático. Da a entender lo que luego precisa, que en realidad no estaba en contacto con el director de ese semanario, a diferencia con el que ocurría con The Wall Street Journal.

"No lo sabía", "no estaba en mi conocimiento" son alguna de las frases que más pronuncian tanto Rupert Murdoch como su hijo James.

Un periodista del diario británico The Guardian ha hecho una observación interesante: "Parece que James Murdoch ha recibido instrucciones para hablar lo más posible y mantener las intervenciones de Rupert Murdoch al mínimo". Pero los parlamentarios que están a cargo de las preguntas dirigen casi todos sus interrogantes a Rupert Murdoch.

Algo es seguro: los Murdoch no hablan en específico de interceptaciones o de escuchas telefónicas, sino de "mensajes de contestador interceptados de manera ilegal".

Rupert Murdoch ha sido también preguntado por los titulares escandalosos a los que recurren sus medios de comunicación. "Sé que a veces son ofensivos, pero no es nuestra intención", ha dicho, aunque a su juicio es de valorar "la variedad de voces" de la prensa británica.

Una de los parlamentarios que dirige sus preguntas a los Murdoch se ha centrado en el dinero que los periodistas tenían a la hora de trabajar. ¿Quién autorizaba los pagos que luego se utilizaron para alcanzar acuerdos con las víctimas antes de llegar a los tribunales? parece ser la pregunta principal.

El único en responder a cierto punto es James Murdoch. Dice no saber si los pagos a víctimas fueron aprobados por la división de periódicos de News Corp o News International, pero que esa información puede ser facilitada.

"A veces, en algunas circunstancias, es importante para los periodistas tener dinero en metálico", indica el hijo de Rupert Murdoch. "Si entonces hubiera sabido lo que sé ahora, hubiéramos actuado directamente".

Hay otro argumento que ha quedado claro entre padre e hijo, y que se han encargadod e transmitir: ellos no son esponsables de lo que ha sucedido, sino las personas en quienes ellos han confiado. Parece claro que ¿Quién firmó los cheques? ¿Quién autorizó los pagos?", insiste el parlamentario. James Murdoch duda. "No lo sabía. No tengo conocimiento directo. Me sorprendió tanto como a ustedes saber que esos pagos se hicieron".

Algunos periodistas británicos consideran que Murdoch "se les está escapando vivo" a los parlamentarios, que no acaban de encerrarle con sus preguntas. Las respuestas de James Murdoch se alargan, mientras que las intervenciones de los parlamentarios son cada vez más escasas.

Pero la última palabra la suele tener Rupert Murdoch. Después de que su hijo respondiera durante largos minutos las preguntas de los parlamentarios, y sin ser interpelados, Rupert Murdoch se adelanta y exclama: "Y nosotros no tendremos nunca culpa de lo que ha sucedido".

En consonancia con lo anterior, a la pregunta de si había pensado en dimitir, Murdoch respondió; "No ¿Por qué? Creo que soy la mejor persona para limpiar esta casa".

Después de la comparecencia de los Murdoch se espera la presencia de Rebekah Brooks, que dimitió el viernes de la dirección de News International, la división británica del imperio multinacional de Murdoch, y fue detenida, interrogada 12 horas y luego puesta en libertad condicional el domingo.

Todos ellos convocados ante la comisión de medios de información de la Cámara de los Comunes. Para realizar esta audiencia, los legisladores tuvieron que ser insistentes. Después de una primera negativa de los Murdoch y en medio de airadas protestas, recurrió a un procedimiento muy rara vez utilizado, convocarlos oficial e imperativamente.

La audiencia, transmitida por televisión, significa un impresionante revés para el magnate norteamericano-australiano, que se jacta de haber hecho elegir a la mayoría de los primeros ministros desde los años '70.(infobae.com)