Massa se prepara para lo peor

Si algo bueno tiene enlazar dos grandes premios en semanas consecutivas es la posibilidad de recopilar datos para realizar un diagnóstico más afinado del rendimiento de los coches gracias a que uno puede compararlos en escenarios distintos y sin que los equipos puedan retocarlos demasiado. Pero el circuito de Albert Park, en Melbourne, y el de Sepang, a las afueras de Kuala Lumpur, apenas se parecen. Con la victoria de Jenson Button y la tercera plaza de Lewis Hamilton en Australia, en la apertura del Mundial de fórmula 1, McLaren demostró haber dado en el clavo con el MP4-27. Por el momento, su prototipo no solo es uno de los más estéticos, sino también el más rápido. Pero, a pesar de aquel derroche de poderío, las peculiaridades de la pista dejaron abiertas algunas incógnitas que ayer se resolvieron de golpe en los ensayos libres en Malasia, dominados por Hamilton (la carrera, mañana domingo a las 10.00).

Al margen de McLaren y Red Bull, las dos escuderías que parecen destinadas a jugarse el triunfo en las próximas citas, destaca el decepcionante rendimiento de Ferrari, especialmente en el caso de Felipe Massa, que lleva más de un año en la picota por su pobre bagaje y que puede estar jugándose el volante. El sábado pasado no consiguió clasificarse para la eliminatoria definitiva y quedó clavado en la 16ª posición de la parrilla. Al día siguiente, mientras circulaba por tierra de nadie, perdido en las últimas posiciones del pelotón, tuvo un encontronazo con Bruno Senna que acabó en abandono. Fernando Alonso, por su parte, arrancó el 12º y remontó hasta cruzar la meta el quinto, un resultado que maquilló el desastre que se esperaban en el garaje rojo. Ferrari consideró tan impropio el papel de su segundo piloto que encargó otro chasis con vistas a Malasia para comprobar si el que empleó en Australia había salido defectuoso, aunque las pruebas que se le aplicaron ayer descartaron este extremo, lo que puede ser aún más preocupante.

La flojera que acompaña a Felipinho, de 30 años, toma más cuerpo cuando se comparan sus números con los de su compañero. Hace dos años, en el debut de Alonso al volante de uno de los bólidos de Il Cavallino Rampante, el español perdió el título en la última carrera, aquel delirante Gran Premio de Abu Dabi, mientras que Massa terminó el sexto, a más de 100 puntos de su vecino y sin ninguna victoria en su casillero por las cinco del asturiano. En la temporada pasada, el paulista aún quedó más retratado al ser incapaz de alcanzar el podio y finalizar a 139 puntos del ovetense, que ganó en Silverstone y subió 10 veces al cajón.

Esta tendencia, lejos de reducirse, se ha incrementado más con el inicio del nuevo campeonato. En Sepang, Massa terminó ayer a más de un segundo de Alonso, que fue el sexto más rápido, y 10 posiciones por detrás, una diferencia que acabará por ser injustificable si se mantiene con el paso de las carreras. El contrato que vincula al brasileño con Ferrari y que en su día dejó atado y bien atado Nicolas Todt, hijo del que fuera máximo responsable de la Scuderia en la era Schumacher y que actualmente ocupa la presidencia de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), expira el 31 de diciembre, aunque la despedida podría precipitarse si todo siguiese como hasta ahora.

“De Felipe esperamos grandes cosas en 2012 y, al final de la temporada, decidiremos si seguimos juntos o no. Digamos que es él quien tiene que convencernos”, reconocía Luca di Montezemolo, el presidente de Ferrari, a finales del año pasado. “En estos momentos es importante mantener la confianza alrededor de Felipe”, razona Stefano Domenicali, el jefe del equipo italiano, en el trazado de Sepang. “La diferencia que ha habido entre Fernando y él radica en que han realizado programas distintos. Mañana veremos qué ocurre, pero nuestro objetivo pasa por dar a Felipe el mejor coche que podamos”, añade el ejecutivo.

“No estoy preocupado por el tiempo de hoy. El de la primera sesión ha sido mejor que el de la segunda, pero eso nos ha permitido dar un poco de sentido a lo que ocurrió en el gran premio de Australia. Con este coche será difícil entrar en la Q3”, resumió Massa, que no mostró más síntomas de preocupación que habitualmente. “¿Si tengo más presión? Aquí en Ferrari, presión hay siempre”, concluyó.