Presidente de Perú, Alan García asegura que la muerte de Osama Bin Laden fue el primer milagro del beato papa Juan Pablo II

El presidente peruano Alan García se congratuló de tal manera con la noticia de que el líder de Al-Qaida, Osama bin Laden, había muerto que atribuyó el lunes el hecho a una intervención milagrosa póstuma de Juan Pablo II.

Mientras, el gobierno venezolano y otros condenaron las celebraciones espontáneas de estadounidenses tras anunciarse la muerte del que era considerado artífice de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 y algunos gobiernos latinoamericanos felicitaron a Washington por la exitosa operación militar para acabar con el fugitivo.

El primer milagro de Juan Pablo II "fue llevarse del mundo a la encarnación del mal, a la encarnación demoníaca del crimen y del odio dándonos la noticia de que quien volaba torres y edificios ya no está", dijo a periodistas el gobernante peruano tras una actividad pública en Cusco, a 570 kilómetros al sudeste de Lima.

"Creo que este es el primer milagro del beato Juan Pablo II que debemos tener muy en cuenta", agregó.

En cambio, el vicepresidente venezolano Elías Jaua dijo a la televisora estatal que "antes, por lo menos los gobiernos imperiales guardaban la forma. Ahora la muerte de cualquier individuo... son (es) abiertamente celebradas por los jefes de los gobiernos que bombardean".

Al criticar a Estados Unidos, el vicepresidente venezolano dijo para "el imperio ya no hay otra salida, la salida política, la salida diplomática quedaron atrás. Aquí lo único que impera es el asesinato".

En el mismo sentido se pronunció el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, quien sostuvo: "Si Estados Unidos mató a bin Laden, que ellos lo festejen. Yo no festejo la muerte de nadie, pero tampoco estamos de acuerdo con lo que pasó el 11 de septiembre (de 2001)".

"Lo que ha hecho Estados Unidos después del (los ataques terroristas del) 11-S es absolutamente desproporcionado, absolutamente injusto y es gravísimo. Y eso, desafortunadamente, no ha sido ni juzgado ni castigado", acotó Patiño.

También el canciller uruguayo Luis Almagro estimó que "ninguna muerte debe ser celebrada".

Aunque agregó que Bin Laden era "una persona que tenía cuentas pendientes con la justicia y con el mundo en definitiva. Debía pagar por sus crímenes frente a la justicia" y destacó que su muerte significó un golpe al terrorismo internacional.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, informó a través de su cuenta de Twitter que habló con Obama "para felicitarlo por ese gran golpe contra el terrorismo".

El presidente de México, Felipe Calderón, reconoció al mandatario estadounidense por "su perseverancia en el combate y persecución del terrorismo, en el que se ha dado un paso fundamental con la localización y finalmente abatimiento de Osama bin Laden".

Durante un mensaje a la prensa por la visita del mandatario alemán Christian Wulff, Calderón recordó que Bin Laden "provocó la muerte de miles de personas inocentes en el mundo incluyendo a mexicanos y mexicanas honrados y trabajadores".

El ministro de Relaciones exteriores de Brasil, Antonio Patriota, dijo que al gobierno de su país le preocupaban eventuales represalias en el mundo por la muerte de bin Laden, pero que la desaparición del líder extremista era algo positivo, especialmente por la oleada de manifestaciones pro democráticas en el Oriente Medio.

"La muerte de bin Laden es un desarrollo importante y un alivio positivo en un momento en que el mundo árabe está manifestándose para tener mayor libertad de expresión y democracia", dijo Patriota el lunes a reporteros en Brasilia.

Dijo que el extremismo de bin Laden "contribuyó a estigmatizar al mundo árabe, donde las alternativas serían entre autocracia y fundamentalismo, y ahora sabemos que no es el caso".

La Cancillería de Argentina, en un comunicado, expresó que "la operación militar que ha llevado a la muerte del responsable de tanto dolor inocente ocurre en momentos en que el mundo árabe busca reformas democráticas... Argentina desea que los acontecimientos de las últimas horas no desvíen a los pueblos de Medio Oriente del camino de los cambios en paz".

El canciller chileno Rafael Moreno calificó de positiva la noticia, pero advirtió que "el terrorismo va a continuar, hay gente que va a suceder a bin Laden y la buena noticia es que quien ha cometido (algún acto terrorista), tiene que responder", agregó.

El internacionalista y catedrático en la universidad colombiana de La Sabana, Jairo Velásquez, opinó que "Al-Qaida se reconfigurará, el terrorismo internacional seguirá existiendo. Lo que pudiera pasar, y ojalá Estados Unidos se diera cuenta, es cómo es que tiene que luchar esta guerra: con inteligencia y no con la fuerza del ejército. A lo mejor eso le permita un poco descargar de tropas de ataque a Afganistán".

El ex asesor de seguridad nacional del gobierno colombiano en los años 90, Armando Borrero, al hacer una lectura de los festejos espontáneos después de anunciarse la muerte del líder de Al-Qaida, estimó que "no es tan común que la gente celebre la muerte, aun tratándose de un enemigo se tratan de guardar las formas. Pero el odio de los neoyorquinos es enorme".

"Al-Qaida seguirá, porque como toda organización de este tipo tiene mandos y eso (la muerte del jefe) tenía que estar previsto, aunque claro pierden una figura carismática, pero la organización sigue y sí, pueden haber algunos atentados de retaliación, de venganza", consideró Borrero.

En el mismo sentido se pronunció el experto en temas de seguridad y defensa de la Universidad de Santiago, Cristián Garay, quien pronunció que la muerte del líder terrorista "mantendrá al mundo entero en un estado de temor e incertidumbre por el lapso de cinco meses, al menos".

Al-Qaida "al carecer de un organismo centralizado, tiene muchos grupos que están permanentemente adhiriéndose y asociándose a su nombre. Es muy probable que muchos de esos grupos que van a realizar actos en el futuro, no van a tener nunca un vínculo físico con Al-Qaida, pero actuarán en nombre de esta organización", añadió Garay.

Los temores de una venganza provocaron que Perú, República Dominicana y Argentina aumentaran preventivamente la seguridad en sitios como las embajadas de Estados Unidos y de otros países, informaron autoridades de esos países.

Fuente:sdpnoticias.com