El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha amenazado este viernes con tomar medidas contra la multinacional Coca-Cola, que actualmente afronta un delicado conflicto laboral, y ha asegurado que en su país "se puede vivir" sin esa popular bebida.
"¿Quién dijo que hace falta la Coca-Cola para vivir?", se preguntó el mandatario durante un acto multitudinario por la celebración de los 19 años del fallido golpe de Estado que dio contra el ahora ex mandatario fallecido Carlos Andrés Pérez.
Chávez ha respondido de esta manera a una gran pancarta que se mostraba entre la multitud reunida en una plaza en la ciudad de Valencia (centro) que denunciaba las supuestas violaciones contra trabajadores en las que habría incurrido la poderosa compañía.
Aunque en ningún momento ha mencionado la posibilidad de expropiar, las palabras del mandatario socialista han sido interpretadas como un aviso a la filial de Coca-Cola en Venezuela, perteneciente a Femsa de México.
"Si Coca-Cola no quiere cumplir con la Constitución y las leyes, bueno, uno puede vivir sin Coca-Cola, no es imprescindible", ha insinuado Chávez en medio de fuertes aplausos de sus simpatizantes.
Unos 1.380 trabajadores de la planta de esa empresa en Valencia comenzaron a mediados de enero una huelga para reclamar mejoras salariales, lo que ha mantenido paralizada la producción en esa fábrica que produce, además de refrescos, agua, zumos, té y otro tipo de bebidas.
Los sindicatos y directivos de la compañía han intentado destrabar este conflicto, pero los trabajadores han rechazado las ofertas planteadas por los dueños que consideran que las demandadas laborales son "irrealizables".
Chávez ha expresado su "apoyo" a los empleados de esa planta, sin especificar hasta qué punto el Gobierno estará dispuesto a respaldarles. "Eso que ustedes hacen de denunciar a la Coca-Cola es agitación política. Háganlo todos los días", ha expresado.
"La derecha anda agitando siempre. Nosotros que somos mayoría tenemos que convertirnos en agitadores", ha advertido el líder revolucionario, que entre 2009 y 2010 ha expropiado numerosas empresas extranjeras en sectores claves de la economía.
